jueves, 1 de diciembre de 2011

Los Canarios: exóticamente coloridos

Los Canarios: exóticamente coloridos

Jessica Romandini

      Este vistoso animal, es un ave de pocos centímetros de estatura, por lo que se hace cómodo y práctico a la hora de tener uno en casa. Puede llegar a ser un buen compañero por su carácter sociable y el alto rango de vida que se aproxima a los 15 años, sin mencionar que son animales muy dóciles, adaptables prácticamente a todo tipo de ambiente, según lo acostumbres.
       El canario es un pequeño pájaro granívoro perteneciente a la clase de los Paseriformes, original de las islas Canarias, Madeira y Azores (Serinus canaria) que ha sido criado y difundido extensamente por todo el mundo.
      Por lo general los machos son los más buscados por los compradores, debido a su melodioso canto, capacidad que las hembras no poseen, aunque algunas aprenden ciertos trucos a través de los cantores cercanos. Los colores de sus capas son interminables, tienen una gama sumamente variables que van desde el blanco puro hasta amarillos, naranjas, rojos, verdes, grises, etc. Esta es una de las principales características que atrae el interés de científicos y criadores.

Una vez que ya este formando parte de nuestros hogares, deben ubicar la jaula en espacios abiertos o que den hacia la calle, para que el canario pueda estimularse, así mismo es recomendable instalarle un columpio y un par de veces por semana, una bañera para que acicale su plumaje.
     Según fuentes veterinarias, el mejor alimento son los preparados comerciales específicos para canarios que contienen una mezcla de semillas pequeñas con alpiste como ingrediente básico. Es más que recomendable añadir a esta comida otra serie de productos como barritas de distintos sabores, pasta de huevo o bizcocho de cría, panizo, cañamón así como algo de comida casera: pan duro o biscote integral, galleta, manzana, pera, melocotón, achicoria, espinaca, etc. Un bloque de calcio o hueso de sepia aportan el complemento mineral para un óptimo desarrollo de pico y huesos. En algunas ocasiones como en la muda o tras cualquier estado de debilidad, es obligado añadir a su dieta un complejo vitamínico (gotas solubles al agua, por ejemplo). Y como todos los padres q se preocupan por el bienestar de sus hijos, los canarios no son la excepción, pues también se  encargan de alimentar a sus polluelos con bizcocho o pasta de cría, manzana y lechuga trituradas, para que puedan ingerirlos en la primera etapa de la vida.
      La reproducción es realmente sencilla de llevar a cabo en nuestro hogar. Para ello necesitaremos una jaula de cría donde colocar a los progenitores adultos, sanos y fuertes. La estación de cría va de enero a julio. Se comienza generalmente colocando macho y hembra en la misma jaula de cría, pero en compartimentos separados (de modo que no puedan verse ni tocarse pero sí oírse). Conviene comenzar a administrarles un complejo vitamínico E, que es un estimulante del ciclo sexual. A los pocos días se deja sólo una rejilla de separación de modo que puedan verse, tocarse con el pico y pasarse comida uno al otro, además de pelo de cabra con el que construyen su nido sobre una base de esparto. Tras unos días en esta situación se quita la rejilla y se produce el encuentro.

La hembra pone de tres a cinco huevos, pero es recomendable cambiarlos por unos de plásticos de pega y esperar a que se acabe la puesta. Una vez culminada esta jornada, se hace nuevamente el intercambio por los verdaderos para que todos simultáneamente comiencen el proceso de incubación que dura entre 12 y 15 días. Este detalle es importante porque los canarios no hacen diferencias entre unas crías más desarrolladas que otras a la hora de alimentarlas, por lo que los polluelos más grandes y fuertes no dejarían comer a los últimos de la nidada.

      Después de los 30 días de vida, las crías se hacen independientes, aunque es frecuente que su madre los abandone antes. Cabe destacar que es obligatoriamente necesario facilitarle un segundo nido, pues a los pocos días del nacimiento un fortísimo instinto de la hembra la lleva a construir otra nidada para poner más huevos. Si no lo colocamos, esta puede ser capaz incluso de echar su prole al suelo. En este caso, el padre, se encargará de terminar la crianza de sus primogénitos.


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