jueves, 26 de enero de 2012

Mascotas

Una simpática mascota

Cuando se habla de mascotas siempre se piensa en perros, gatos, tortugas o hámsters. Sin embargo, la variedad ha irrumpido en el mundo de los animales de compañía con la incursión de serpientes, arañas, iguanas y conejos.
La mayoría de la gente une la imagen de estos animales con una mirada gentil y una nariz que se mueve constantemente. El conejo ha pasado de ser un animal de granja que se destinaba puramente al consumo humano a convertirse en un miembro más de la familia en muchos hogares del mundo.


Un carácter tímido
Existe la creencia común de que los conejos y las liebres son animales temerosos. En su ámbito natural, este comportamiento viene determinado por la necesidad de supervivencia, es decir, estos animales son el principal objetivo de muchos predadores como lobos, águilas, zorros o comadrejas, por lo que mantener una actitud siempre alerta es su mejor arma. Así, ante cualquier amenaza, este animal tiene dos únicas opciones: darse a la fuga o agacharse simulando estar muerto. En el hogar, se comportan de forma similar. Si percibe ruidos estridentes o muy altos el conejo se encogerá con las orejas hacia atrás, los ojos abiertos de par en par y temblará todo su cuerpo.

Estas reacciones de seguridad les llevan a marcar el territorio que consideran suyo. En el campo lo harán mediante la colocación de ramas o piedras en torno a una madriguera, o bien mediante secreciones corporales. En su vida casera junto a nosotros, estos animales considerarán su refugio la jaula. Aunque son animales tranquilos, no son raros los enfrentamientos con sus congéneres por defender su espacio.

Nutrición
Los conejos son herbívoros. Su dieta se compone de diversos vegetales, con un componente fibroso importante, es decir, comen mucho forraje y poco grano. Las peculiaridades de su proceso digestivo hacen que estos adorables compañeros necesiten una dieta muy especial. Los alimentos deben contener gran cantidad de celulosa y no demasiados azúcares simples o almidón que pueden fermentar rápidamente en su lento tránsito intestinal.

Cuidados Básicos
El conejo tiene que ser controlado diariamente para detectar cualquier anormalidad. Hay que asegurarse de que beba agua y coma sus alimentos. También es necesario inspeccionar sus dientes con regularidad: tienen que estar firmes, y los superiores sobrepasando a los inferiores. Asimismo, es necesario vigilar que no tengan pulgas o piojos.

Entre las enfermedades más comunes de esta mascota se pueden destacar:

Ácaros en las orejas: se puede producir por el rascado o sacudida de las mismas.
Orina roja: se debe controlar la alimentación.
Mucosidades: normalmente producidas por infecciones bacterianas en las vías respiratorias.
Llagas o úlceras: se producen por contacto de las plantas de las patas con suelos rugosos.
Cuello torcido: originado por una infección bacteriana en el oído interno asociada con enfermedades respiratorias.
Mal oclusión: los dientes opuestos no se enfrentan.
Ojos llorosos: se tapan los lagrimales. A veces está asociado con enfermedades de las vías respiratorias.

Samuel Toledo

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