Conócelos y ámalos
Jessica Romandini
Mucha gente le tiene miedo a los reptiles, a tal punto que aclaman su muerte ante su presencia, pero están equivocados con esos pensamientos. ¡Estúdialos con atención y verás que son realmente interesantes!

Los reptiles aparecieron en el planeta hace unos trescientos cuarenta millones de años. Eran tantos que toda una era de la historia es conocida como Edad de los Reptiles; andaban por todas partes; en las aguas, en los pantanos, en los valles y en los bosques, algunos hasta volaban, como pájaros.

No sólo están esparcidas por todo el mundo si no que también los Squamantas son las especies poseedoras de veneno. Se conocen dos tipos de lagartijas venenosas, el monstruo de Gila, que vive en el norte de México, y el temacuil, en el sureste. Así mismo, se encuentran las serpientes y entre las mortales se tienen las siguientes: las marinas, las cobras, los búngaros, las mambas, los coralillos, las cascabeles y las nauyacas.
El veneno de las serpientes puede matar en segundos o en pocas horas. Para contrarrestarlo se inventaron los antídotos o contravenenos. Sin embargo, debes tener muy clara una cosa: las víboras y las serpientes son temerosas; sólo atacan si se las fastidia o se las pisas.
Beneficios
Todos los reptiles son útiles, hasta los más venenosos, con el veneno de las serpientes se fabrican antídotos y medicinas. La carne y los huevos de las tortugas nos sirven de alimentos, mientras que su caparazón y su piel se emplean en la industria, a esta actividad también se le agregan la piel de las serpientes, de los grandes lagartos, de los cocodrilos, de los caimanes y de los aligátores, sin contar que en muchos países se come carne de serpientes y de lagartos.

Para los agricultores son muy útiles, debido a que los reptiles protegen las cosechas al devorar ratas, ratones, cucarachas, chapulines y otras plagas.
Los reptiles no son monstruos. Son criaturas de la naturaleza, como todos nosotros, que cumplen importantes misiones. Conociéndolos bien, los comprendemos y nos damos cuenta que hay que cuidarlos y estimarlos.
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